jueves, 23 de enero de 2014

¿Pero qué he hecho?

Hace algún tiempo, antes de venirme a Guadalajara a estudiar y todo eso (aunque no recuerdo qué tanto tiempo atrás), solía usar varios de mis ratos libres para jugar Pokémon Emerald…en el teléfono celular.

Lo jugué en el emulador Gameboid hasta casi acabármelo, llegué hasta el octavo líder de gimnasio y ahí lo dejé, abandonado.

Hasta ahora…


En los tiempos en que iba empezando la carrera, me encontraba conversando en Facebook con uno de mis mejores amigos, quien estaba en Colima. El me platicó sobre otro emulador de GBA para Android llamado MyBoy, este tenía la capacidad de emular el cable link del Gameboy, lo cual significaba que ya se podían hacer batallas pokémon entre los usuarios que tuvieran el juego y un celular Android. Las batallas e intercambios eran el hit del momento en el salón de mi amigo, por lo que me recomendó probarlo.

Y no lo hice.

Pasó el tiempo, salió a la venta el nuevo Pokemon X y Y, lo desprecié y volví a instalar el juego que tenía antes en mi celular, con mi partida guardada y todo; también Pako (Francisco Barragán) instaló otro emulador diferente en su teléfono para jugar el mismo juego durante clases (y antes de eso había tenido un GBA prestado). Me sentí motivado a volver a jugar.

El legado Pokémon de Pako está dando sus frutos.
Un día de esos, Nicole vio que estaba jugando, no recuerdo muy bien cómo pasó todo, pero terminé descargando el emulador MyBoy y decidí hacer un experimento social: ‘’Veré qué pasa si les facilito el tal MyBoy a los que quieran jugar’’.

(NOTA: Agreguémosle a la sopa, que el juego que les pasé era una versión alterada donde pueden atrapar a todos los Pokémon hasta ese entonces en el mismo juego).

Nicole fue la primera persona a la que le transferí MyBoy y pasó esto:

El lunes pasado Nicole no paraba de jugar y decir ‘’ ¡POKÉMON!’’. Más tarde, le pasé el juego a Yayo (Pedro Yáñez) también, quien desde ese día se propuso entrenar a sus Pokémon para destruir a los de Nicole.

Las cosas estaban sucediendo de una manera graciosa, el hecho de que podían interactuar de teléfono a teléfono hacia las cosas interesantes, ambos entrenaban para destruirse uno al otro.


Y cuando menos lo esperé, casi la mitad de mi salón ya poseía el juego también:







Me llegan a decir que es un plan malvado de mi parte, para eliminar a la competencia, sin embargo solo es un experimento que ha dado un resultado curioso, ya hasta están mencionando subir de nivel a todos sus Pokémon hasta el 50 para empezar a hacer buenas batallas entre todos. Quien sabe qué vaya a pasar… Igual y pronto dejarán de jugar, o tal vez no.

Hasta le quisieron pasar el emulador al profesor Tony.

‘’Están jugando Pokémon, eso quiere decir que ya acabaron el mapa de su mundo’’.

Supongamos que somos el Magikarp y Tony el otro Pokémon.
Oh Jorge, qué has hecho…

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